“Denunciar una agresión es abrir paso, asentar el terreno, para el libre ejercicio del periodismo”

¿Qué puede explicar la agresión inmotivada de un alcalde contra el libre ejercicio del periodismo?, ¿puede unas sencillas preguntas desatar la ira de un sujeto, que confunde la municipalidad con su casa, de donde dispone sacar por la fuerza a un periodista? La respuesta es sí, la entrecomillada “autoridad”, aún no pisa tierra, el efímero poder tiene fecha de vencimiento, pero él sigue envalentonado. Quizás no solo sea la embriaguez de poder, puede que haya un problema de mal humor, propio de la menopausia que caracteriza a las bellas damas.

El colega Idelfonso Espinoza, del portal Noticierolibre.com, y Guillermo Ibarra, de Radio Armonía de Ancash, recientemente fueron agredidos brutalmente por allegados al alcalde de Chavín de Huántar, según la alerta del Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS). ¿La razón?, indagar, preguntar, grabar una obra con irregularidades. Así,existen ene casos de agresiones a periodistas en el país y el mundo, algunos terminan en la muerte del comunicador, no obstante, no callamos. Lo mío, que sufrí una segunda agresión del alcalde de la Municipalidad Provincial de Huamalíes, Ciro Trinidad Rojas, es una minucia frente a casos más graves de atentados contra el libre ejercicio del periodismo. No por eso menos importante.

Algunos mentecatos, aseguran que me victimizo, que debo ser valiente y aguantarme. Justamente, el único poder, la única respuesta que tiene un periodista es publicar, denunciar. ¿Cómo podría hacer lo mismo por otros, si un periodista no puede denunciar cuando atentan contra él mismo? Se pone al descubierto al vil sujeto que se esconde detrás de esa sonrisita faltosa, falsa amabilidad de inauguraciones, cortesías simuladas de eventos oficiales. Nuestro único medio es seguir publicando para prevenir, advertir, quién será el único responsable de lo que nos pueda suceder. Es abrir paso, preparar terreno para el libre ejercicio del periodismo, para que otros colegas, los sucesores, tengan la garantía de entrar y salir libremente de una institución pública o donde cumpla su labor.

El año pasado, cuando la agresión del alcalde Ciro Trinidad, fue más grave, no hice todo lo público, disponía de poco tiempo. No pasé de denunciarlo en mi insignificante página y recibir la solidaridad de algunos colegas, fue un error. En cambio ahora, se lo comuniqué a casi todos, y la solidaridad fue contundente. Colegas de diarios, como en Correo en página entera (aunque exageraron con inexactitudes), El Siglo, radioemisoras y algunas de las que pude hacer seguimiento. La fama del alcalde también se extiende a otras regiones, con la solidaridad de mis entrañables colegas y amigos de Pasco. Lo mismo que la señora de la esquina, que me vio ser botado de la comuna huamaliana y con un rasguño sangrante en la mano, decenas de lectores y amigos se solidarizan, criticando a la llamada “autoridad”. Contribuí un poquito a tu fama señor alcalde. ¿Pero destacar en las noticias por prepotente, negativo, es provechoso?, definitivamente que no, ese es el etéreo poder que tenemos los periodistas, desenmascarar a los fantoches.

El esbirro que fue a darte aviso, que entrevista a un funcionario de tu confianza, al gerente de Presupuesto, Juan Merlín, a quien tratas como a un monaguillo faltándole a su profesionalismo, ahora debe recular en el error que incurrió. Desató un escándalo por un tonto incidente. No me iba quedar callado por muy tonto que fuera el caso, mientras atenta contra mi derecho. Sí, señor alcalde, hay que ser muy obnubilado, para que de la nada ordenaras sacarme por la fuerza y ordenaras que me quiten el celular. Lo repito por enésima vez, usted que presume ser abogado, si alguna publicación lo difama o calumnia, o publiqué falsedades en contra suya, debe enviar una carta de rectificación, si no hay rectificación puede emprender una acción legal, quien mejor que usted para enseñarnos cómo se procede. ¿Un abogado haciendo uso de la fuerza?, ¿para eso estudió derecho?

La verdad es que no soporta la crítica, la disidencia, a veces mis publicaciones vienen con humor negro, cachaciento;algo normal en los medios con caricaturistas, no por eso se trompea. Siendo así, que yo no inventé la pólvora en el periodismo, sujetos a un estado de DERECHO DEMOCRÁTICO ¿qué le sucede para ser tan intolerante? Se me ocurre que quizá sufra algún mal temperamento, bipolaridad. Carlos Galdos, hacía chanza con la vieja menopáusica, el mal humor que padecen muchas mujeres cuando están en la menopausia. Los varones tenemos lo nuestro, la andropausia. Quizás sea un caso de andropáusico prematuro. Solo es una hipótesis para el mal humor.