Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO

Lic. en Filosofía y CCSS

Los pasqueños estamos de aniversario, bodas de roble, 27 de noviembre de 1944 – 2024, 80 años de creación política pero cerca de 4 siglos de historia minera. No somos un joven departamento sino una vieja sociedad, nuestros lienzos coloniales atestiguan ello, las fotos republicanas certifican de ese pasado.

Algunas casas de nuestras calles antiguas dan muestra de eso. Nos forjaron a la fuerza del mercado y nos convencimos de que no era un buen camino, pero entendimos que era necesario nacer, vivir y ser así. No escogimos donde nacer como ciudad, nacimos por el mineral, por eso tal vez somos una sociedad diversa, plural, contradictoria y muy compleja.

Nacimos indígenas, pero nos hicieron Japiris, mineros y obreros. Mientras en el mundo el llamado era ¡“proletarios uníos” !, aquí la consigna siempre fue “proletarios desuníos”.

La contradicción capitalista y socialista siempre se ha vivido en estas tierras donde hay jefes, capataces y lacayos. Desde niño uno tiene que escoger esas opciones si desea vivir aquí permanentemente.

Restamos los vestigios de la pachamama, nos aunamos al Jirka gracias al muqui, y aún hoy siendo modernos no dejamos de ver la coca, de mirar el cigarro y no dejamos de santiguarnos al salir al mundo contemporáneo.

Hoy como antes la nevada nos acompaña y el rayo nos despierta de nuestro letargo, el granizo aviva el alma y el frío hace temblar nuestras quimeras.

Cerro de Pasco ciudad donde hay más ruinas y se suman más escombros, por un lado la ciudad desaparece y por el otro aparecen más construcciones. El espíritu que lo forja sigue inalterable, templado, firme y constante en su accionar.

Somos un punto en la tierra, pero una arista en la economía de mucha gente; somos una frialdad en la geografía pero una viva llama para el capitalismo universal; una nada en población electoral pero sí varios puntos en la escala de la bolsa de valores que hace sonreír o entristecer a los valores sociales cualitativos.

Cerro de Pasco es frío y alturado, todos temen al frío, pero el frío es lo que mejor hace pensar al hombre para salir airoso y gallardo de una desazón.

Este mes es  nuestro aniversario y hagamos  unidad , que para pelearnos tenemos las elecciones cada 4 años, hagamos unión y establezcamos unidad, alegrémonos por nuestros logros, sonriamos por nuestras vivencias honrosas, sintámonos bien por vivir en la “tierra de machos y no de muchos”, en la tierra del frío y de la nevada, del granizo y la presión atmosférica, ¿nos queremos ir?, ¡sí!, pero cuando lo hacemos, lo extrañamos, y cuando estamos lejos daríamos mil por volver, así es la tierra de  los metales un amor incomprendido y a la vez bien entendido.

 

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Archivos de la asociación civil Centro de cultura popular Labor autor Juan Ortega Rojas