Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO

Lic. En filosofía

Todo profesor siente curiosidad en saber ¿que estudiaran? Sus alumnos: ellos (as) responden carreras universitarias diversas y también de formación tecnológica, pero entre esas respuestas alguien dice “Enfermería profesor, estudiare enfermería”.

Uno se muestra sorprendido por esa decisión, ya que no saben a que se meten, estudiar y ser enfermero (a) no es como se suele ver y más aún en época de pandemia. Sin embargo, ese espíritu estoico perdura en su decisión. Hay que estar locos para decidir por esa opción profesional les digo tratando de desanimarlas (os).

Ser enfermera (o) es aspirar a no tener vida social, a olvidarse del habitual código familiar y a lustrarse con el sudor y el cansancio permanente. Estudiar enfermería es dejar de lado al entretenimiento social y aislarse del boato distractivo de otras profesiones. Alguna vez una estudiante de enfermería me decía que su enamorado la dejo porque su horario de estudio del pre grado no le permitía ser normal.

En otra ocasión me refería un estudiante de post grado que su enamoraba desconfiaba de sus horarios tan apretados ya que iba del centro de salud, a la universidad y de allí a la capacitación y que no había tiempo para hacer caso las ordenes de afrodita ni satisfacer las prohibiciones del Corán.

El personal de enfermería no tiene tiempo para el amor por eso va al grano, si o no, no es dual ni ecléctico, el romanticismo lo deja para los de humanidades y sociales, el idealismo para los soñadores, ellas y ellos son realistas y las respuestas a sus batallas con las enfermedades exigen la inmediatez.

Les preguntaba a las enfermeras si ¿tenían tiempo para respirar, para un bailecito, para una pichanga deportiva, para ver una película con la familia, o compartir un vuelo de cometas o al menos para caminar por la calle en modo solaz?  Respondieron que sí, pero teniendo en cuenta que en cualquier momento la emergencia cortaba sus pasatiempos.

Ser enfermera (o) es aceptar que tu vida no tiene agenda habitual, ni rutina o mecánica existencial, no hay horarios fijos, ni turnos sólidos, que ver a la gente sufrir por el dolor será permanente, que consolar será un requisito vocacional para alivianar el sufrir de las personas. Te toque trabajar en zona urbana o rural siempre habrá pacientes que atender, donde la enfermera (o) tendrá que hacer de médico, de técnico, de chofer de moto o de carro y a veces cabalgar mula o caballo no será la excepción. ¡Qué vida!, ¡qué muerte cerca!

Por eso cuando algunos púberes me dicen que serán enfermeras (os) los miro y los admiro. Ser enfermera (o) es renunciar a estar en navidad con tu familia brindando, es desistir a ver a tus hijos (as) en su campeonato deportivo o su primera presentación de danzas en la escuela, o estar ausente en el día del padre o la madre, porque el deber esta primero, la pasión de la labor es mas fuerte que el amor filial.

Mi loor a ustedes enfermeros y enfermeras en su día, les debemos mucho, una flor, un poema o un saludo no es suficiente, quizás un gracias compense algo, un reconocimiento a su sacrificio merme quizás la ingratitud de muchos, hoy es su día, hagan un alto breve y sientan el agradecimiento de la gente a su labor, perciban la admiración a su dedicación. Paren un rato y digan salud por los tiempos que se vienen que nunca en su caso de su profesión son buenos; admirables héroes de las batallas perdidas cuyo heroísmo es digno de un gran respeto.