Por: Jesús Elías Navarro Solano

El 24 de junio, día dedicado a aquel hombre que trabaja desde que el sol se asoma hasta el ocaso del sol, fundamentalmente aquel hombre dedicado a la agricultura o a la ganadería. En la época del incario nuestros campesinos tuvieron una técnica muy avanzada para su tiempo, sin embargo con la invasión española este se redujo y solamente pasaron a ser los subordinados hasta hace décadas atrás. Erróneamente y despectivamente el trato que recibían era de indios como lo fue hasta aquel 24 de junio de 1969, cuando el General Juan Velasco Alvarado diera la Ley 17716 – Ley de la Reforma Agraria, con la finalidad de terminar con el largo periodo en que las haciendas tradicionales organizaban la sociedad y la economía provinciana en gran parte del país, entonces de ese momento se decía “la tierra es para quien la trabaja”. Esta perspectiva fracasó a falta de experiencia y la carencia de asistencia por parte del Estado y que hasta hoy persiste no encontrando en el campesino las mejores condiciones de vida.

Siendo a pocos días para cumplir el bicentenario de nuestra independencia nacional, el campesino peruano es aquel hombre olvidado y desatendido por los gobiernos locales, regionales y nacional que pasaron y hoy quienes están en ejercicio, y          quienes aspiran a ser candidatos a gobernadores regionales, consejeros regionales, candidatos a alcaldes y regidores se valen simplemente de promesas vanas para congraciarse con el saludo hipócrita mencionando ¡¡Feliz día hermano campesino!!, !!Estamos trabajando por ustedes!!. Clara y visiblemente las condiciones de vida es paupérrimo no encontrando las mejores condiciones de vida, solo el hambre y la pobreza; por lo que en muchas oportunidades los politiqueros, quienes aspiran alcanzar o volver a un cargo en los gobiernos distritales, provinciales, regionales o la nacional prometen cuestiones asistencialistas o simplemente de apoyo para ganarse adherencia o votos, conseguido su cometido cual demagogos simplemente el campesino es olvidado, desatendido y en algunos casos maltratado en situaciones del reclamo de sus derechos.

Una cuestión patética a consecuencia del abandono y desatención el campo ganadero y agrícola viene quedando relegado. Muchos jóvenes hijos de campesinos emigran a las ciudades o a los centros mineros, como consecuencia de la carencia económica que no les permite subsistir; en muchas estancias ganaderas de las zonas andinas y en los terrenos de cultivo de nuestras quebradas interandinas, solo encontramos a las personas que transitan los 50 años a más, notando la ausencia de los jóvenes, puesto que salieron en busca de mejores oportunidades a las ciudades. En consecuencia de que oportunidad hablaríamos para el campesino, si no hay una política del Estado en favor del hombre que labra la tierra o cría los ganados, adoleciendo de asistencia y asesoramiento técnico, y si lo haya simplemente es asistencialismo y no una verdadera política en su real dimensión, notando que la política nacional hoy en día es entreguista de nuestros terrenos comunales en favor de la gran minería y que estos hacen el uso y abuso incrementando la contaminación ambiental desmedidamente afectando a los ríos, lagunas, terrenos pastizales y agrícolas, perjudicando a nuestros sufridos y desamparados campesinos del Perú, que trae como consecuencia la merma en la producción e incidiendo en la baja calidad de vida del poblador rural; observando a muchos  niños campesinos con metales pesados en el organismo en los pueblos circundantes a los centros mineros, muchos estudiantes hijos de campesinos  sin conectividad o sin equipos tecnológicos para recibir las clases virtuales, sin embargo se dice que la educación es obligatoria y gratuita, lo cual vulnera el derecho humano como los estipula las normas nacionales e internacionales. Momento propicio para que  las autoridades y funcionarios con principios sólidos sean la voz en favor de la población campesina.

Nos preguntamos en este día cuanto de los gobiernos locales, regionales y nacional avizoran a la mejora y verdadera atención del campo y fundamentalmente del campesino, y que los planes y proyectos puedan tener sostenibilidad en el futuro, lamentablemente en nuestras comunidades se están llenando de obras de fierro y cemento cuya finalidad solo es mantener vigente el raiting político para seguir reeligiéndose en el cargo o simplemente vivir de la política acomodándose en cargos similares, como fuesen los únicos salvadores o eruditos en materia de administración pública, descuidando plenamente los proyectos productivos que de alguna manera permitiría la mejora de la calidad de vida del campesino.

De la misma forma en este día dedicado al hombre del campo cuantos aspirantes o comodines oportunistas y aspirantes a cargos públicos, estarán visitando y saludando a nuestros hermanos del campo pero, recién en esta oportunidad presentes en nuestras diferentes comunidades campesinas, como cual charlatanes tratando de conseguir adherencia y obtener sus votos, recién acordándose de aquel hombre y mujer que te pone los alimentos en la mesa, en muchas veces solo utilizándoles con promesas que no serán cumplidas en el caso de acceder a un cargo público. En tal sentido incidimos en nuestra posición, la política es un arte de gobernar y de servicio  y no de servirse, por lo tanto los verdaderos políticos de principio y vocación sus presencias en el campo debería ser permanente y consecuente con sus objetivos de transformación y desarrollo. Quedando de lado las mentiras y engaños, vulnerando su autoestima al hombre del campo, puesto como toda persona tiene dignidad, por lo que se merece el respeto y la consideración-

Consiguientemente hermano campesino, este 24 de junio no nos quedemos satisfechos solo con los saludos u ofrecimientos de aquellos oportunistas y fuleros de siempre, que solo buscan reparar sus apetitos personales o de grupo minúsculo. Si somos de la raíz campesina refutemos a las falsedades y astucias y revaloremos nuestros valores ancestrales: ¡AMA SUA! ¡AMA KELLA! Y ¡AMA LLULLA!.

Al tener que distinguirse nuestro comentario desde el punto de vista campesino, quienes somos testigos y parte de la angustia y del arduo trabajo del hombre del campo por haber nacido y habernos desarrollado junto al rebaño no le expresaremos ¡Feliz día hermano campesino!, para la felicidad falta mucho que reivindicar. Con voz firme y seguro diremos: 24 DE JUNIO – DÍA DE DELIBERACIÓN CAMPESINA, JUNTOS Y SEGUROS POR LA SALVAGUARDA DE NUESTROS DERECHOS.