A lo largo de la historia de Pasco, una de las principales dificultades para sus gobernantes, y un verdadero dolor de cabeza para todos ellos, incluido Don Teódulo Quispe Huertas, es la ejecución de la carretera Pasco – Yanahuanca; pero para esta gestión parece que la cosa realmente se puso color de hormiga (sin agraviarme), en los últimos días se escucharon muchas voces sobre la ejecución de esta importante vía, la que empezó en la gestión de Don Raúl Espinoza Soto hace ya lejanos 14 años, a la fecha increíblemente no puede concluirse: expedientes mal elaborados, arbitrajes que no solucionan nada, gastos por demás innecesarios, vergonzosos e inescrupulosos contratistas derrochando irresponsabilidad en cantidades industriales han hecho que esta vía, tan necesaria para la provincia Daniel  Carrión, aún no se concluya.

Para solucionar este histórico problema creemos que se tiene que tomar el toro por las astas, de lo contrario seguiremos viviendo los mismo por años de años; al parecer así lo han entendido Teódulo Quispe Huertas y compañía, por lo que hace poco anunciaron que la ejecución de la obra se haría bajo la modalidad de contratación directa, la cual tiene que ser aprobado  por el Consejo Regional, siendo que el respetable conglomerado de consejeros está infestad… digo, lleno de candidatos, ¿aprobaran la decisión de ejecutar la obra por contratación directa para ganar adeptos?

Más al oeste, en la hermosa quebrada de Chaupihuaranga, en una asamblea con menos gente que los asistentes al concierto de los Kjarkas, los dirigentes provinciales aprobaron una movilización de 48 horas exigiendo la ejecución de la obra, una medida populista, política e innecesaria considerando que ya existe una solución al problema; todo apunta a que la campaña no solo será entre los candidatos, sino también entre dirigentes que buscan endosar su apoyo a las candidaturas a presentarse, aún a riesgo de provocar el retraso y la paralización de obras.

A quienes no les conviene paralizar la obra es a los yanahuanquinos, en un contexto preelectoral es claro que el objetivo de esta o cualquier otra manifestación es política, químicamente pura política.